El proceso de implantación constituye el último eslabón de la metodología de desarrollo de implantación del proyecto y es posterior al proceso de prueba. A pesar de todo el trabajo requerido para llegar a este punto, la fase de implantación puede ser la más difícil.
Como con los procesos de desarrollo y prueba, la complejidad depende de las características de la tecnología. Si se trata de un producto estándar, la implantación puede ser relativamente fácil. Los usuarios también pueden estar relativamente familiarizados con ella si no difiere sustancialmente de la que se utilizaba con anterioridad.
Sin embargo, cuando se trata de una nueva tecnología, que no ha sido aplicada con anterioridad o difiere sustancialmente de las prácticas previas, el proceso de implantación debe ser manejado con extremo cuidado y mucha atención en los detalles.
La estrategia de implantación, que debe ser explicitada en el plan integral de administración del proyecto, fijará los pasos necesarios para probar la nueva tecnología. Una estrategia de implantación para una nueva tecnología de uso electoral puede incluir los siguientes elementos:
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